Pedir Halloween es una tradición que a los niños y muchos adultos nos encanta. Planear el disfraz, decorar la puerta de la casa, comprar dulces para ofrecer e ir a pedir calaverita a los vecinos son actividades muy divertidas. ¿Pero que pasa con el exceso de dulces? Cómo madres como manejamos esta situaci´n.
Cuando nació mi primera hija le di de probar un dulce creo que después de los 2 años. Era la primera nieta, no tenía primos y pues pude alargar la introducción de golosinas. Sin embargo con mi segundo y tercer hijo la historia fue muy diferente. Mi segundo bebe me acompañaba a las fiestecitas infantiles y pues había mucha exposición a los dulces; creo que este comió un dulce recién cumplido el año. Y del tercer hijo ni se diga, a los 10 meses su hermana le estaba dando de probar helado de chocolate.
Vivimos en una sociedad que la exposición a alimentos dulces es muy presente. Fiestecitas de cumpleaños, postres, reuniones familiares, festividades como Halloween, navidad, etc.
El día 30 mis 3 hijos tendrán actividad en la escuela de Halloween en donde recibirán dulces. En las clases de las tardes habrá desfile de disfraces e intercambio de dulces y por ultimo llegando a casa pedirán calaverita a los vecinos. Que quiere decir esto, que mañana mis hijos acabarán cada uno con 2 bolsas llenas de dulces y ni se diga cuantos se comerán hoy y los días que siguen, ya que los dulces que junten el día de hoy estarán en mi despensa.
La mayoría de los niños mexicanos sobrepasan el consumo recomendado de azúcar al día, y esto se debe a que muchos alimentos que les ofrecemos a los niños contienen altas cantidades de azúcar. Dulces, golosinas, jugos y refrescos, productos de panadería, pastelitos, yogurt de sabor…. un sin fin de productos los cuales los niños comen diario.
Esta comprobado que la azúcar tiene varios efectos en nuestro cuerpo. Todo el exceso de azúcar se almacena como grasa en nuestro cuerpo; además de tener efecto en varios órganos dañando su función (cerebro, riñones, hígado…)
¿Que hacer ante esta situación?
1. No te quedes con todos los dulces, escoge algunos y dona los demás: puedes hacerlo tú sin la presencia de los niños o puedes pedirle a los niños que escojan pocos dulces que sean sus preferidos y que los otros los regalen.
2. Dosificalos: cada mamá decidirá cuantos y que tan seguido sus hijos comerán dulces. Así como también la hora del día en que los comerán. Mi recomendación es que el consumo de estos dulces no sea diario. Pueden destinar 1-2 días a la semana.
3. El horario en que les permitas comer dulce es muy importante. Evita que lo consuman antes de la comida, ya que se llenarán y difícilmente comerán la comida. Evita también que se los coman muy en la tarde noche ya que el azúcar puede alterar a los niños y en algunos casos puede permitir que no duerman bien. Es importante que el consumo de dulces no reemplace las comidas principales.
4. No utilices los dulces como premio o castigo: Es típico que amenacemos a los niños con “si no te terminas la comida no hay dulce” o “si te portas bien puedes comerte el dulce”. Utilizar los alimentos como premio o castigo hará que los niños le den más valor a esos alimentos que a la comida real.
5. Planea con anticipación las comidas de hoy para que te asegures de incluir alimentos sanos y evitar que los alimentos que tu prepares o que consuman (sobre todo en el lunch) no contengan azúcar añadida.
Ojalá estos tips te ayuden a moderar el consumo de azúcares en tus hijos en festividades como Halloween. Disfrázate con ellos, diviértete mucho y sigue nuestros consejos! TRICK OR TREAT.
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